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lunes, 26 de mayo de 2025

23. Desde París con amor

Bueno, aquí me tienen disfrutando del primero de los cinco viajes veraniegos que les anuncié (el único del que les di detalles, que tiempo habrá de anunciar los restantes), disfrutando de un tiempo fresquito y medio gallego, justo ahora que ha llegado ya el calorazo a mi ciudad, para deleite de Tarick Marcellino, que es un friolero de cuidado. Estoy en casa de mis hijos Kike y Clarice, cerca de la Gare du Nord, adonde llegué el sábado a primeras horas de la tarde. Volé con Iberia Express que al final es lo más barato. Salí de casa a mediodía con mi equipaje ligero habitual, tomé el Metro en Estación del Arte hasta Atocha, allí cogí el Cercanías hasta Nuevos Ministerios, donde hice un segundo cambio a la Línea 8 de Metro que me llevó a la T4.

En la puerta de embarque, le eché el morro habitual y me acerqué al azafato ante el que se agolpaba la gente haciendo ya una cola larguísima. Con total seriedad, le dije que yo tenía el Grupo 4, por lo que tenía que esperar al final de esa cola, pero que tengo 74 años, viajo solo y, a mi edad, me gusta acceder al avión al principio, deferencia que tienen con los mayores en la mayoría de las compañías aéreas. Me dijo que por supuesto y me coló con los de la business class, así que me puse cómodo a esperar al resto del pasaje. Les cuento esto, porque ustedes, queridos lectores, pueden hacerlo igual si se ven en esa tesitura. Sólo tienen que tener cuidado de que no les dé la risa, porque eso puede desbaratar la escenografía y dar al traste con la estratagema. Ya saben que yo aprendí estas mañas en Brasil, donde se dispensa un trato preferente a los idosos como yo.

El vuelo fue como la seda, aterrizamos en Orly y allí tuve que andar un rato hasta el acceso a un pequeño tren, que parece de juguete y que te conecta con la red de Metro y RER, que es como se llama en París el Cercanías. El tren cuesta 13€ y te lleva a la estación de Anthony, donde hube de cambiar al RER B, que me llevó directamente a la Gare du Nord. La verdad es que, después de habérmelas valido en transportes tan complejos como el Metro de Tokyo, todo esto es para mí pan comido, o como dicen los ingleses, a piece of cake. Es la ventaja que tenemos los urbanitas como yo, que nos bandeamos bien por estos escenarios urbanos. Les contaré que, en este último mes, he tenido una serie de actividades relacionadas con mi larga experiencia en el urbanismo madrileño, que se resiste a desaparecer de mi vida.

Por ejemplo, el jueves 8 de mayo, me personé en la ETSAM para asistir al homenaje a José Fariña, profesor de la Escuela y maestro de muchos de los urbanistas salidos de allí. Fariña, fallecido a los 82 años, era un gallego afincado en Madrid, gran viajero y buen profesor, que desde hace bastantes años mantenía un blog sobre los temas que le apasionaban: el urbanismo, la geografía y los viajes por todo el mundo. Ese blog era de una solidez apabullante y yo lo seguía de manera intermitente, lamento no haber sido más constante. En realidad, este hombre fue el que apadrinó a toda una serie de profesores que se apartaron de la línea irritante de los fabricantes de genios que me tocó soportar en mis tiempos y cuya aparición en la ETSAM con su línea disidente, me permitió volver a conectarme con un lugar que no había pisado en veinte años, después de acabar la carrera.

Hablo de Julio Pozueta, Ester Higueras, José Miguel Fernández Güell, Sonia de Gregorio, Patxi Lamikiz, Darío Rivera, Elisa Pozo y tantos otros. Todos ellos son amigos míos y estaban en el acto de homenaje, salvo Pozueta que no anda muy bien de salud. Fue un acto muy emotivo, que abrió la propia viuda de Fariña y en el que al final habilitaron la posibilidad de que interviniera quien quisiera decir algo, lo que abrió un turno larguísimo de compañeros, cada uno con alguna anécdota divertida o tierna de una persona a la que todos apreciaban mucho. Yo no tuve un trato personal muy cercano con Fariña, aunque recuerdo haber asistido a un homenaje que se le hizo en el Ateneo en el que en un momento dijo que eso de hacer deporte por la calle está muy bien, pero los patinetes eléctricos no eran tanto de su agrado, porque qué carallo de deporte es ese, si sólo hay que darle a un botón para que salga zingando. Comentario del que yo hice referencia en mi blog. Aquí les dejo una foto de este señor, a modo de homenaje.

El lunes 12, quedé con mis colegas de Reinventing Cities, mi ex jefa Silvia Villacañas y mi compañera M. de la que nunca revelé su nombre completo. Fuimos en su día los tres mosqueteros de una iniciativa que impulsamos en los tiempos de la señora Carmena y tuvo luego su continuidad en los años de Ciudadanos al frente de la Concejalía de Urbanismo, hasta mi jubilación (ellas dos ya no siguieron con el tema). Se trataba, como quizá recuerden, de que el Ayuntamiento seleccionaba una serie de parcelas de propiedad pública en situación de abandono o deterioro, para convocar unos concursos para empresas privadas que presentaran proyectos innovadores. El ganador de cada uno de los concursos recibía la parcela en derecho de superficie durante, por ejemplo, 70 años, con la condición de que construyera el proyecto que había presentado y se encargara de su gestión durante ese tiempo.

Era una iniciativa impulsada por la red C40, en la que yo representaba al Ayuntamiento de Madrid, y para la que organizamos dos ediciones, con un total de siete parcelas. En todas se presentaron propuestas interesantes y hubo siete ganadores. Pues bien, sólo uno de estos proyectos va adelante, aunque hay otros tres que no están paralizados del todo, pero avanzan chafando huevos. Nuestro trabajo se terminaba con la designación de los ganadores, y entonces empezaba lo más arduo: la pelea entre el equipo ganador y los jurídicos del Ayuntamiento, que nunca habían visto con buenos ojos nuestra iniciativa. El hecho de que sólo uno de los siete proyectos ganadores esté yendo adelante, es bastante significativo de las ganas con que los burócratas locales se han tomado el asunto, y no quiero ser más explícito.

Pero hay un proyecto que va adelante. De hecho, se está construyendo y nuestra cita del pasado lunes 12 de mayo respondía a una invitación a visitar las obras. El proyecto se llama Campus for Livig Cities y consiste en una edificación para la Politécnica de Vallecas, destinada a residencia de estudiantes y centro de actividades culturales y sociales del campus, con posibilidades de utilización para las entidades cívicas de Vallecas Villa. El proyecto es también innovador constructivamente, porque está planteado con estructura autoportante de madera, un material que se considera muy ecológico y sostenible. Toda la estructura está levantada y pronto empezará a ser cubierta, salvo algunos paños que se dejarán vistos por motivos estéticos. Así que era el momento de hacer la visita. El inmueble que se está levantando es impresionante y quiero que vean algunas fotos.







Quiero que vean también una foto del proyecto con el que se ganó este concurso, y que es lo que se está edificando.

Es un proyecto muy impactante, que puede convertirse en el icono de este campus vallecano y está saliendo adelante gracias al esfuerzo y la cabezonería de dos mujeres: Margarita Chiclana, economista y jefa de la empresa promotora que concursó a Reinventing Cities y Brezo Martos, la arquitecta que firmó el proyecto y que está dirigiendo las obras con mano de hierro. Nos esperaban en las obras y las encontré muy bien; no las veía desde que comimos los tres en La Llorería, creo que hace más de un año. Digo creo porque, con motivo de mi viaje de vuelta al mundo, las referencias temporales se me han distorsionado un poco. Como ocurrió con la pandemia. Por ejemplo, hace sólo un año y tres meses que no venía a casa de Kike y Clarice, en concreto, desde mi 73 cumpleaños en febrero de 2024. Sin embargo, mi sensación es como si hubiera pasado mucho más tiempo. En la visita de obra nos hicimos los selfies correspondientes, que les pongo abajo.



Pero, aunque me atrape mi condición de urbanista (jubilado, pero urbanista), yo no dejo de ser fiel a mi faceta bloguero-literaria y mis andanzas urbanas más pintorescas, y eso explica el final de esta historia. Como les he dicho, yo había quedado para esta visita de obra a las 13.00 en el propio lugar. En condiciones normales, me habría desplazado hasta allí en mi coche, como he hecho otras veces, dado que no hay un acceso muy fácil en transporte público y en coche se va rápido y se aparca con facilidad en el propio campus. Pero un par de días antes, mi hijo Kike me anunció una visita relámpago por un tema suyo laboral, que le exigía ir ese mismo día a la sede de su empresa en Torrejón de Ardoz. Cuando me anunció su viaje, me preguntó si podía usar el coche y yo le dije que sí, como siempre.

Luego me di cuenta que ese día tenía la visita de obras de marras, así que llamé a Silvia y quedamos en que yo me acercaría a su oficina con tiempo, para que ella me llevara luego a la cita en su coche. Mi compañera M. se vino en el suyo propio. Pero, después de más de dos horas de visita, ambas me dijeron que tenían mucha prisa y que se iban por la M-40 a sus siguientes asuntos. Así que me tuve que buscar la vida para salir de allí, algo que no es mayor problema para un conocedor de la ciudad como yo: más de una vez he ido a ese campus en Metro y sólo hay que caminar un poquito. Me despedí de todas y me dirigí a la calle de La Arboleda, que es una cuesta por la que se accede al casco de Vallecas Villa. Donde hay algunas paradas de la Línea 1 de Metro. Pero eran las tres de la tarde y entonces me asaltó una idea precisa.

En Vallecas Villa vive mi querido amigo Críspulo, el batería de la Big Band Vallecana y, hasta hace poco de los Puretones. Y la vida de Críspulo por el barrio suele gravitar en torno a dos bares: el Dolmen y La Villa, ambos con muy buena oferta de comidas y bebidas. Le llamé por teléfono, pero no conseguí hablar con él. Pero, como me había imaginado, ambos bares me quedaban a mano del camino que me llevaba al Metro. Puse los nombres en el Google Maps y los encontré fácil. La Villa estaba cerrado, pero El Dolmen estaba en plena hora de mediodía. Así que, finalmente, me pude apretar un cocido completo capaz de revivir a un muerto. El Dolmen es un bar gallego, de forma que el cocido lo hacen con grelos y otras exquisiteces. Después de dos horas de visita de obras y media hora de caminar hasta el lugar bajo el sol, era un premio merecido.

Pero mis actividades profesionales no se acababan aquí. Porque al día siguiente, cogí esta vez mi coche para ir al parking de la ETSAM. Pero no iba a la ETSAM, sino a la vecina Casa de Velázquez. Yo no lo sabía, pero ese bonito edificio es propiedad del Ministerio de Cultura francés, que desarrolla en él unas actividades similares a las que hace el Instituto Cervantes español por todo el mundo. Entre estas actividades, la Casa de Velázquez se ofrece para estudiantes que quieran preparar un doctorado, artistas o escritores que tengan algún proyecto y que consigan la beca para hacer una residencia en el lugar, un paraíso de tranquilidad al lado de la Carretera de La Coruña. Y allí está un profesor de urbanismo portugués, que se llama Pedro Gomes, lleva 14 años de actividad lectiva en París y ha conseguido que el Ministerio le financie una estancia de tres meses para una investigación sobre el proyecto Reinventing Cities. Y, en cuanto empezó a buscar datos sobre el caso español, averiguó que la persona que podía darle más información era yo.

En realidad, la idea de Reinventing Cities es bastante controvertida, porque desde sectores de la izquierda entienden que es una forma encubierta de enajenar terrenos públicos a actores privados. En París, esta apreciación es muy justa, porque, con motivo de Reinventing, se han propiciado grandes pelotazos, que han favorecido a las mayores inmobiliarias francesas. Cuando yo daba mis clases en el máster de Alain Sinou en París, para los alumnos de su curso, Reinventing Cities era como el demonio. Y este Pedro Gomes está muy interesado en conocer el caso de los concursos madrileños, en los que se propusieron parcelas con muchas dificultades y con un componente social muy superior al de negocio. Así me lo dijo por teléfono.

Este Pedro es un joven muy educado y agradable, con el que estuve hora y media hablando, charla que grabó entera para luego sacar las informaciones que más le interesen. Lo cierto es que la diferencia de Madrid con otras ciudades en relación con este concurso, se debe a que el tema se planteó en los años de la señora Carmena y tiene un componente ideológico fuerte. Pero el hecho de que el proyecto de Vallecas se esté desarrollando, demuestra que era posible. En la segunda edición del concurso, ya bajo el paraguas de Ciudadanos, elegimos tres parcelas más fáciles y con más expectativas de negocio, que son las que están todavía en fase de gestión administrativa.

Hace años conocí a otro urbanista que hizo su tesis sobre este tema, también en París. Se llamaba Alexandre Pillado, tuvimos una larga entrevista on line y luego, en mis siguientes visitas a París solíamos quedar a comer. Hasta que le entró la morriña y se volvió a su Galicia natal. Pedro Gomes me dijo que se conocían. Como es lógico, yo le había propuesto que viniera a nuestra visita de la obra, pero justo ese día estaba en Valencia. Así que le di los teléfonos de Silvia y de Brezo Martos para que se ponga en contacto con ellas y pueda completar y corroborar las informaciones que yo le di. Y, ya por cerrar este tema de mis actividades profesionales, les diré que el miércoles 21 dirigí un paseo didáctico por Madrid Río, para un curso de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Antonio Nebrija, donde ejerce como docente mi amiga Alexandra Delgado, que sigue teniéndome en cuenta para este tipo de visitas. Abajo una foto de grupo que nos hicimos en el lugar más emblemático del parque.

Estas cosas son así: me paso meses sin que nadie se acuerde de mí para temas de urbanismo y, de pronto, se produce una especie de grumo en el transcurrir de los acontecimientos y se me acumulan un montón de tareas. Pero hemos empezado este post con la muerte y los homenajes a José Fariña, y no puedo dejar de referirme a la muerte de otro de mis amigos más queridos, mi colega José Ignacio Partearroyo, más conocido por Parte. Estaba malo desde hace un año y se suma a la tendencia que me está haciendo perder a mis mejores amigos, desde Mariano a Joe y Enrique Ubillos. Parece que a mi edad es algo consustancial y sólo puedo responder con la frase de Maruja Torres, que dice que, cuantos más amigos pierde, más ganas le entran de vivir a tope lo que le quede de vida. Eso mismo piensa también el gran Eric Burdon, una de mis referencias musicales, que el otro día cumplió 84 años y colgó en las redes una foto dándose un desayuno como Dios manda. Véanla.

Pensaba cerrar el post aquí, pero les voy a añadir otra historieta. Mi colega Parte era también arquitecto y al tanatorio acudieron algunos compañeros a los que hacía décadas que no veía. Entre ellos, uno al que llamaré P. Este hombre es pequeñito y bastante peculiar; siempre lo fue. Y sigue en su línea. En un momento, se me acercó con cautela y quiso saber cómo había venido yo (estábamos en Tres Cantos). Le dije que con mi coche. Me preguntó si lo podía llevar de vuelta a Madrid al final de los fastos y le dije que con mucho gusto. Me contó entonces que había venido en un UBER, porque en este momento no puede conducir, porque le han quitado todos los puntos del carné. Me quedé de piedra. No sé ustedes, pero yo no había conocido un caso así.

Me explicó que le habían ido quitando puntos; en dos ocasiones por saltarse un semáforo saliendo de su casa, cuatro puntos cada vez. Y cuando le quedaban sólo dos, se pegó una chufa no muy fuerte con su moto y dio positivo en el antidoping. Con su historial, le quitaron el carné seis meses y habrá de hacer un curso de reeducación para que se lo devuelvan cuando cumpla esos seis meses. Lo dicho: genio y figura. Por cierto, ya saben que a mí me quitaron dos puntos, por primera vez en la vida, por un límite de velocidad que no vi (fue antes de operarme de cataratas y por entonces yo no veía bien los carteles). Si pasaba dos años limpio me hubieran devuelto esos dos puntos pero, casi al final de ese tiempo, sufrí la injusta resta de otros cuatro, por culpa de un agente de movilidad del señor Almeida que dijo que le había desobedecido (es cierto, pero también lo es que su orden era injusta, ya se contó en el blog).

Eso fue el día antes de que Tarik Marcellino llegara a mi casa. Hay que ver cómo pasa el tiempo: mi gato lleva ya más de dos años conmigo. Precisamente fue tratando de descargar en mi portal los pertrechos y sacos de arena y pienso para mi gato, cuando el agente de movilidad capullo se empeñó en no dejarme. Pero la sanción con resta de puntos no se tramitó hasta el mes de junio. Quiere decir que yo tengo en este momento 9 puntos. Cuando cumpla dos años limpio, lo que sucederá en este mes de junio a punto de empezar, me restituirán tres, hasta los 12 iniciales. Tocaremos madera. De momento estoy en casa de mis hijos y pasado mañana me voy de excursión por la Borgoña con mi querido amigo Alain Sinou. Les tendré al tanto. Sean buenos como de costumbre.  

sábado, 17 de mayo de 2025

22. Más madera

Bien, concluí el otro día anunciándoles que tenía cuatro viajes ya preparados. Ahora mismo ya son cinco y les voy a desvelar el primero porque, siendo ya inminente, no creo que se vaya a desbaratar por algún factor inesperado (no obstante, toco madera por si es caso, que decimos los gallegos; just in case que dicen los angloparlantes). Así pues, les anuncio que el próximo sábado, día 24 de mayo, espero estar a las 14.30 en el aeropuerto de Barajas, a punto de despegar con destino a París, de donde tengo planeado regresar el martes 3 de junio. Es un viaje de diez días que paso a explicarles. Como les conté con motivo de mi vuelta al mundo, cuando uno viaja para visitar a algún amigo, no conviene alargar esa visita más allá de cuatro o cinco días, porque la gente tiene su trabajo y su vida familiar y no conviene dar el coñazo. Si tienes esa cautela, todos te despiden lamentando lo rápida que ha sido tu visita pero, si te quedases más tiempo, empezarías a ser un incordio para tu anfitrión, y más si te alojas en su casa.

Es, pues, este un viaje de dos tramos. En el primero estaré con mis hijos Kike y Clarice, cuya casa parisina hace tiempo que no visito y donde espero estar tan cómodo como de costumbre. Pero, para el siguiente y último tramo, me trasladaré a casa de mi querido amigo parisino Alain Sinou, con el que tengo programado hacer un viaje de varios días en su coche para recorrer la región de la Borgoña, famosa por sus vinos y que no conozco. Hace unos años, hicimos un viaje similar por Normandía, visitando Le Havre y Rouen, aunque en aquella ocasión nos acompañaba su amigo octogenario Lluis, que esta vez no viene. Ya les conté que Alain se jubiló hace un año, lo que ha eliminado de mi programa anual la habitual clase en la universidad Paris-8, en donde contaba alguna de mis batallitas a los alumnos de su máster de Desarrollo Urbano.

Como ven, es un plan de viaje fabuloso, que me traerá de vuelta a Madrid en vísperas del concierto de Samantha Fish en el Joy Eslava, para el que les reitero mi recomendación de asistir, si quieren ver un espectáculo del más genuino rock’n roll en directo. Sam sigue su actividad incansable por los USA, en ocasiones en compañía del gordo Christone Kingfish Ingram y en otras con otros artistas amigos, como Jesse Dayton, que está actuando para ella como telonero con su nuevo grupo. Y, hace unos días, contrató a mi amiga Ghalia Volt, para que hiciera esa misma función en varios conciertos, al final de los cuales la invitaba a subir al escenario a tocar con ella y su grupo, de lo que tengo varios testimonios gráficos que les muestro. En primer lugar, un par de fotos que se hicieron ambas divas para promocionar estos eventos. 


Aquí otras dos de uno de los primeros conciertos.


Por último, un vídeo de una canción con la que cerraron otro de esos conciertos, que incluye un duelo de guitarras ciertamente espectacular. Ambas están en plena forma y muy contentas del trabajo que hacen en directo.

El mundo del espectáculo está muy revolucionado y preocupado por la deriva autoritaria del gobierno del señor Trump y yo también, como no podía ser menos. Pero, ya les adelanté hace unos cuantos posts que yo no temo por el sistema económico. Escribí eso unos días después del arancelazo, pronosticando que las grandes multinacionales, que son las que gobiernan el mundo, no iban a dejar que este señor les destruyera el chiringuito que tan rentable les resulta. Pues ya tienen la confirmación de mi acierto: las Bolsas han recuperado lo perdido en esa jornada de pánico, una vez que han comprobado que el tipo del pelo naranja va de farol. Sin embargo, lo que es de verdad muy preocupante es el retroceso en las libertades en los USA, la retirada de fondos para ayudas sociales, médicas y universitarias, o el acoso callejero a los inmigrantes más o menos legales, a los que pueden detener por la calle y desaparecerlos hasta que sus familias los encuentren en una cárcel de El Salvador.

Estas prácticas eran propias de las dictaduras militares de Latinoamérica, pero no se veían en los USA desde los tiempos siniestros del macartismo. En Latinoamérica hay una desigualdad social extrema, que resulta escandalosa. Los ricos son muy ricos y se llevan el dinero a los bancos extranjeros. Y eso genera una tensión social que se palpa cuando viajas por allí, como les conté en mi periplo del año pasado. Y, cuando esa tensión social rebasa todos los límites y se arma la revolución, la clase alta extractiva y escandalosamente rica se asusta y llama en su ayuda a los militares para que restauren el orden. Ha sucedido así siempre. Y los militares arreglan el asunto a su manera, la única que conocen: deteniendo, aporreando, torturando y eliminando cruelmente a los revoltosos.

Pero no nos engañemos: Trump no es un militar, ni un tirano cabeza de un régimen autoritario (al menos por ahora). Trump es un magnate de los negocios y no le interesa la guerra ni la violencia extrema. Que se sepa, no ha matado a nadie. Se le acostumbra a comparar con Hitler, sólo porque ambos llegaron al poder por unas elecciones legítimas, en las que capitalizaron el descontento de las clases menos informadas. Pero ahí se acaban las similitudes. Hitler ya apuntaba maneras de asesino y genocida desde mucho antes de llegar al poder, mientras que Trump lo que quiere es deshacer los avances democráticos para que él y sus colegas ganen más dinero. Otra cosa es que sea un cascarrabias y un tipo sin la paciencia necesaria para manejar los delicados asuntos políticos que pretende resolver, como las dos principales guerras en curso.

Pero los retrocesos en las libertades suelen ser luego muy arduos de recuperar y los norteamericanos de bien tienen motivos para estar muy preocupados. Como les vengo repitiendo, las elecciones de mitad de legislatura, a celebrar a finales de 2026 van a resultar clave. Los asesores de Trump muy pronto constatarán en los sondeos que su jefe puede perder la mayoría en el Congreso e incluso en el Senado, por lo que tratarán por todos los medios de desacreditarlas, boicotearlas o incluso anularlas. Y en cuanto a lo de optar a un tercer mandato, Trump lo ha desmentido, pero su ideólogo Steve Bannon dijo en una reciente entrevista que esperaba que el presidente lo intentara. Habremos de estar muy atentos.

Como les decía, el mundo del show-biz está muy preocupado y, como muestra, supongo que han visto el discurso de Pedro Almodovar al recoger un premio en Nueva York, en el que dijo que entrar en los USA le producía ahora un miedo similar al de ingresar en Rusia, China o Corea del Norte. Igualmente, Robert de Niro, al que han dado en Cannes un premio a toda su carrera, se ha mostrado demoledor en su discurso de aceptación del galardón. Por si acaso le ponen pegas para volver a su país, De Niro se ha ido ya a vivir a Canadá, igual que ha hecho su amigo Bruce Springsteen, de gira por Europa como Neil Young, que también ha expresado públicamente su miedo a que no le dejen volver a entrar en los USA. Veamos un breve clip del discurso de Robert de Niro en Cannes.

Mucho más drástico y claro se ha mostrado Bruce Springsteen en el concierto inaugural de su gira europea en Manchester. Vean aquí un vídeo con el saludo inicial al público y dos fragmentos que intercaló entre sus canciones, y juzguen por sí mismos. Es impresionante escuchar a este hombre, un auténtico héroe del rock, que sigue en la brecha a sus 75 años. Por cierto, en este caso los subtítulos están en inglés, pero así practican ustedes un poco, que no les vendrá mal para los tiempos que vienen. ¿Cómo dicen? ¿Que prefieren que se lo traduzca? Bueeeeeeeeeno. Abajo les pongo la transcripción.

Aquí la transcripción.

¡¡¡Buenas Noches!!! Es cojonudo estar aquí en Manchester, de vuelta al Reino Unido. Bienvenidos a esta Gira de la Tierra de la Esperanza y los Sueños. La poderosa E-Street Band está aquí esta noche para invocar el poder justo del arte, de la música, del rock and roll, en tiempos peligrosos. Mi tierra, la América que amo, la América sobre la que he escrito, que ha sido un faro de libertad y esperanza durante 250 años, está actualmente en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora. Esta noche yo invoco a todos los que creen en la democracia y en lo mejor de nuestra experiencia americana, a levantarse con nosotros, a levantar su voz contra el autoritarismo, para que resuene la libertad.

                                                  *   *   *

¿Cómo estáis Manchester? Okay. La última prueba (de sonido). Las últimas pruebas sobre el poder de que el gobierno ha fallado las tiene la gente, ustedes y yo. Es en la unidad del pueblo, alrededor de un conjunto común de valores, donde sostendremos la democracia contra el autoritarismo. Así que, al fin y al cabo, cada uno de nosotros contará con los demás.

                                 *   *   *

En este momento (baja el volumen Roy), hay una rara, extraña y peligrosa mierda surgiendo por ahí ahora mismo. En América, están persiguiendo a gente, por usar su derecho a la libre expresión, y expresar su discrepancia. Eso está pasando ahora. En América, los más ricos se complacen abandonando a los niños más pobres del mundo a la enfermedad y la muerte. Eso está pasando ahora. En mi país. Encuentran un placer sádico en el daño que infligen a trabajadores legales. Están derogando la legislación histórica de los derechos civiles. Están dejando atrás una sociedad más justa y plural. Están abandonando a nuestros aliados más estrechos y poniéndose al lado de dictadores que luchan contra las libertades. Están retirando fondos a las universidades americanas que no se doblegan a sus demandas ideológicas. Están capturando a residentes en las calles americanas y, sin el debido proceso judicial, los están deportando a centros de detención extranjeros y cárceles. Todo eso está sucediendo ahora. Una mayoría de nuestros representantes electos está dejando de proteger al pueblo americano de los abusos de un presidente no apto y un gobierno sinvergüenza. No les preocupa ni tienen la menor idea de lo que significa ser profundamente americano. De la América de la que yo les he cantado a ustedes desde hace 50 años. Esta América es real y, a pesar de sus fallos, es un gran país, con un gran pueblo. Así que sobreviviremos a este momento. Ahora, yo tengo esperanza, porque confío en la verdad de lo que dijo el gran escritor americano James Baldwin: en este mundo no hay tanta humanidad como nos gustaría; pero hay suficiente. Recemos.

Impresionante. Creo que coincido con este señor, a quien tanto admiro, hasta en la última coma. La situación es peligrosa y hemos de estar atentos. Pero eso no quita para que mantengamos el sentido del humor. Sin salirnos del tema que estamos comentando. Como saben, el señor Trump ha hecho una gira por Oriente Medio para hacerle la pelota a los regímenes fundamentalistas islámicos de Arabia Saudí y demás países del Golfo. Y se conoce que el malvado Bin Salman, presunto inductor de la muerte y descuartizamiento de su paisano Khashoggi, le ha puesto como condición para hacer negocios que vaya a Siria a saludar al nuevo presidente, el ex-yihadista rehabilitado Ahmed al Sharaa. Como les he dicho más arriba, Trump es, más que nada, un magnate, capaz de tragar sapos y culebras con tal de mejorar sus negocios. Así que se acercó a Damasco, y saludó al personaje, que, desde que ha dejado atrás sus veleidades yihadistas, no se quita el traje y corbata ni para dormir. Les pido que vean la foto del encuentro y seguimos. 

La foto es cojonuda. Al presidente de Siria no se le ve de frente, pero se le adivina ufano, feliz de un encuentro que le puede garantizar poder y tranquilidad para mucho tiempo. ¿Y a Trump? ¿Qué creen ustedes que le pasa? Tal vez es el esfuerzo explícito de tragar sapos y culebras al que hemos hecho referencia arriba. Pero a alguien tan curtido y carente de escrúpulos como él, no le tiene que resultar tan desagradable saludar a un tipo que no es muy de su agrado; no creo que saludar a Putin, Bukele o el propio Bin Salman sea mucho menos desagradable. Ante esta incógnita, a mí se me ocurren por lo menos cuatro explicaciones alternativas, que paso a describirles.

1.      Es posible que el ex-yihadista no se haya lavado debidamente para el encuentro, recuerden que, en la cultura árabe-islámica es bastante frecuente que los perfumes y las colonias se usen para acrecentar el olor corporal, y no para sustituirlo. Especialmente los varones, tienen tendencia a perfumarse de esta forma, sin ducharse primero, para atraer a la mujer a la que intentan seducir. También les traigo a colación el caso del gitano que llevó a su mujer al hospital Doce de Octubre para que pariera y los médicos empezaron por darle una ducha completa, porque olía que apestaba. Y (esto es rigurosamente histórico) el marido denunció al hospital por haberle quitado a su esposa el olor a hembra (sic). Les digo todo esto, porque la expresión de Trump es la que se suele usar cuando a uno le llega a la nariz un olor desagradable. Es la cara que se pone para decir: ¡¡Qué pestazo!! En esa misma línea pudiera llegar a pensarse que su oponente se hubiera soltado un cuesco, algo que en el entorno árabe-islámico no está tan mal visto como entre nosotros.

2.      Cabe conjeturar también que Trump padezca algún desarreglo digestivo, que se haya levantado con acidez de estómago, que tenga disfuncionalidad pilórica de modo que los ácidos del estómago le suban libremente por el esófago y justo en ese momento le haya subido un reflujo repulsivo. Eso explicaría su expresión. Un tipo de casi 80 años, al que llevan de viaje de acá para allá, dándole comidas de lugares tan lejanos, cuando él no creo que se salga mucho de la hamburguesa y el hot-dog, pues puede que desarrolle una enfermedad de Crohn, un colon irritable o cualquier dolencia similar. Sin descartar unas simples hemorroides que por sí solas justificarían la mueca del sujeto. O a lo mejor es que, sencillamente, se estaba cagando.

3.      Existe también la posibilidad de que su oponente tenga la costumbre de apretar mucho la mano al saludar, como solía hacer un compañero mío eventual de trabajo. Este colega, que era bastante raro, te saludaba apretando la mano muchísimo, te hacía un daño horrible y, mientras, te observaba sonriente, para regodearse con tu reacción. Yo no echaría en saco roto esta posibilidad, que de un antiguo yihadista puede esperarse cualquier cosa.

4.      Por último, no sería de extrañar que a Trump le haya sobrevenido una reacción alérgica, algo realmente muy desagradable, y toco madera de nuevo, porque yo, a mis 74, no he sido nunca alérgico a nada, pero en este tema uno no puede decir nunca de esta agua no beberé, ni este cura no es mi padre. Mira que si tiene alergia a los yihadistas conversos... Cosas más raras se han visto.

En fin, estas son algunas de las causas posibles del rictus de Trump en la foto de marras. Dicho todo ello sin otro ánimo que el de divertir a mis queridos seguidores. Por si acaso, pido disculpas a quien haya podido molestar este disparate, que no quiero que algún aludido que se haya podido sentir ofendido en sus creencias, me mande a un equipo de albanokosovares firmemente decididos a partirme ambas piernas, por no hablar de una banda de sicarios moros que me deparen el mismo tratamiento que a Khashoggi. Y para cerrar este post en el mismo sentido humorístico, les dejo una foto reciente del señor Putin, en la que se puede comprobar que los guardianes de su seguridad han de pasar una prueba adicional de flexibilidad cervical, para no desnucarse cada vez que pase ante ellos. Sean buenos y no descuiden la vigilancia y la prudencia.


miércoles, 7 de mayo de 2025

21. Cenizos, mentiras y cogotes papables

Pues aquí seguimos, sobreviviendo a incidencias como apagones y trenes paralizados por el robo de parte de los cables de cobre que les permiten funcionar. Nada muy reseñable, todo esto nos pilla curados de espanto después de haber salido bien librados de la pandemia y otras calamidades planetarias. El tema del apagón, me pilló a mí en un día tranquilo, en el que no tenía pensado salir de casa. Como quizá sepan, los lunes suelo tener yoga vespertino, pero en esta ocasión, resulta que ya no tenía saldo en mi cuenta de días pendientes de usar en abril, según la app de la escuela Ashtanga Yoga Madrid, a la que acudo con asiduidad. Normalmente suelo reservar nueve sesiones por mes, pero en esta ocasión había previsto sólo cinco, con motivo de mi viaje de Semana Santa a Budapest, y había agotado la quinta el lunes anterior.

Así que mi plan era hacer mi sesión vespertina en casa. Por la mañana salí a comprar algunas cosas que necesitaba, entre ellas unos tomates que dejé para el último lugar. En la frutería ya me dijeron que no les funcionaba el datafono, por lo que hube de pagar en cash. Y, en el portal de casa, el portero me contó que había un apagón en el barrio, por lo que hube de subir los cuatro pisos por la escalera con las compras. Arriba constaté que tampoco tenía WiFi ni datos en el móvil, por lo que me puse a leer. Tampoco funcionaba la radio, así que me hice algo de comer y me eché una pequeña siesta. Extrañado de que a media tarde aún no hubiera vuelto la luz, bajé de nuevo a la calle y me di una vuelta por la zona.

El ambiente era muy raro, auténticas manadas de gente bajaban a buen paso y con aire decidido en dirección sur por las escuetas aceras del Paseo del Prado, a ambos lados de un atasco morrocotudo, porque no funcionaban los semáforos y la Glorieta de Atocha era una plasta de coches que se apelotonaban sin poder avanzar, curiosamente sin tocar mucho los cláxones. Las gentes que trabajan en el centro urbano volvían a sus casas del sur a pie, en una escena que me recordó a las posteriores al 11-S en Nueva York, cuando las masas cruzaban a pie por el puente de Brooklyn. Puedo decir que había una sensación general de civismo y de educación: si no tenemos luz, ni datos en el móvil, ni semáforos, pues tendremos que volver andando, pero para qué nos vamos a cabrear.

El actor Richard Gere que, como saben, vive en España con una paisana mía bastante vistosa, ha contado que volvía de Nueva York de recoger un premio y les informaron en pleno vuelo del apagón en todo el país, por lo que se imaginó un panorama de revueltas, protestas y saqueos en los supermercados, como sin duda sucedería en su asilvestrado país, capaz de votar a un tipo como Trump para presidente. Y que, en cambio, se encontró una población disciplinada y paciente, incluso capaz de hacer de la necesidad virtud. Mi amigo Críspulo, el batería de la Big Band vallecana, por ejemplo, respondió al apagón bajando al bar El Dolmen, una taberna gallega de su barrio, donde se reunió con algunos colegas que pronto constataron que los grifos de cerveza funcionaban perfectamente, por lo que se pasaron allí la tarde entre caña y caña. A última hora se fueron a casa de uno de ellos y se montaron una barbacoa de puta madre, con la excusa de que a ver si la carne se iba a echar a perder por no funcionar el congelador. La vuelta de la energía, les pilló razonablemente borrachos después de una tarde para el recuerdo.

Así somos en este país, que con el esfuerzo de todos va tirando para adelante. Aquí lo único que falla son los políticos, especialmente los de la oposición, que se han encomendado a un tipo tan cutre y cenizo como el Feijoo, que yo creo que, con esa cara que se le ha quedado desde que se ha quitado las gafas, es el gafe de España, el que atrae la mala suerte y las diversas calamidades. Le devuelvo así su manía de culpar a Sánchez hasta de las tormentas y el granizo, que mira que resulta cansino, porque no hace falta leer sus declaraciones, ya sabemos de antemano que le va a echar las culpas al Gobierno, va a utilizar la hipérbole para decir que esto es el mayor desastre nacional desde la pérdida de Cuba y, por si cuela, va a pedir que dimita el presidente. En un post anterior dije una cosa, que les reitero: el día que este señor salga a la palestra y diga que Sánchez ha hecho una cosa bien, a la siguiente gana las elecciones. Porque demostraría una talla política que hasta ahora no ha evidenciado y los españolitos, tan disciplinados y cívicos como demostramos ser cada día, sabemos apreciar esa cualidad.

Yo creo que la derecha de este país, se ha decidido por esa estrategia tremendista porque sabe que en unas elecciones normales no le ganaría a Sánchez. Al menos mientras tenga al Feijoo al frente. Como parte de esa estrategia, utiliza la mentira y la manipulación informativa, a través de sus medios afines, y les voy a poner un ejemplo claro. El diario ABC, ese libelo que en 1936 se congratulaba del acuerdo Hitler-Mussolini-Chamberlain-Daladier (portada que les mostré hace unos cuantos posts), realizó en el mes de marzo una encuesta de intención de voto en la Comunidad de Madrid, cuyo resultado se plasma en un cuadro comparativo de porcentajes y escaños que muestra el resultado de las últimas elecciones, comparado con la intención de voto actual. Abajo pueden ver el cuadro.

Ahora, díganme. Si ustedes, con estos resultados, tuvieran que elegir un titular para el artículo en el que aparece este gráfico, ¿qué dirían? Pues yo constataría que Ayuso pierde ligeramente en porcentaje aunque mantiene el número de escaños; que el PSOE sube de forma clara y contundente, que Mas Madrid se desploma y que Vox sube también de forma notoria. Con estas observaciones, mi titular sería algo así: Ayuso resiste frente a la gran subida del voto socialista. No creo faltar a la verdad y supongo que Ayuso está estancándose por el desgaste que sufre quien está en el poder, más los contubernios de su señor novio, y no por su estilo chabacano y vulgar que tanto parece gustar a los madrileños. Bien. Pues ahora les voy a pedir que vean el artículo completo; no hace falta que lo lean, sólo vean el titular. Para ello han de pinchar AQUÍ.

¿Es mentira ese titular? No más que el mío, supongo. Pero es un ejemplo palmario de manipulación, un arte del que Miguel Ángel Rodríguez (MAR) es un figura que deja pequeñito a su maestro Goebbels. Y si hace falta se recurre a la mentira, total la mayoría de la gente sólo se lee los titulares. El problema de estas cosas es que se extiende a toda la sociedad, y voy a cambiar radicalmente de registro para mostrarles un ejemplo de lo que digo. Hace como un mes, se me averió el exprimidor de naranjas, el electrodoméstico más antiguo que tenía, de la marca alemana Braun, que yo tenía por irrompible y no esperaba que tirara la toalla de esa manera. Bajé a la ferretería y me hice con otro de una marca nacional, que por cierto funciona muy bien. El problema es que, en la caja en la que venía embalado decía textualmente: con separador de pulpa graduable. Pues les puedo jurar que el separador de pulpa graduable brilla por su ausencia.

Da igual, nadie lee lo que pone en las cajas, y la Leche Pascual presume de que crían a las vacas con música de Vivaldi. Todos los mensajes publicitarios mienten, de una u otra forma. Y, con la generalización del uso cotidiano de la inteligencia artificial, esto se va a agudizar aún más. Para su entretenimiento y solaz, les pongo abajo tres imágenes generadas con la inteligencia artificial, que tal vez ya conozcan. En la primera pueden ver cómo serían los Beatles ahora (las fotos de los dos que viven son reales, las otras hechas con la AI). En la segunda tienen a Trump optando a ser coronado Papa en el Cónclave. Y en la última al Hijo de Putin provocndo el apagón del otro día.



Lo que nos lleva de vuelta al tema del principio: el apagón. Como les digo, bajé a dar una vuelta para asistir en directo a ese momento de tintes apocalípticos y una intuición me llevó a acercarme al parque del Retiro: efectivamente, El Topillo lo había cerrado a cal y canto. La gente que intentaba vover a su casa cruzándolo se veía obligada a rodearlo por fuera, maldiciendo sonoramente. Créanselo, este señor tiene una solución mágica para todos los problemas: cerrar el Retiro. ¿Que hay un accidente múltiple en la M-30? Pues Almeida cerrará el Retiro. ¿Que se declara un incendo en el distrito de Villaverde? Pues a cerrar el Retiro. No entiendo cómo un tipo tan tonto puede ser nuestro alcalde por mayoría absoluta.

Porque en el PP cada uno tiene su especialidad. Feijoo no tiene la talla política para ser el jefe del principal partido de la oposición y además es muy feo. Ayuso es más mala que un dolor y forma parte de una familia que lleva años lucrándose del negocio de la medicina privada. Y Almeida es directamente tonto. De vuelta a casa, me encontré una concentración de protesta contra la política universitaria de Ayuso. Frente al Museo Reina Sofía, un grupo de estudiantes escuchaban a una chica con un megáfono. Alcancé a escuchar que decía: Esto es el mayor atentado contra la libertad en las universidades en varias décadas. Ya ven que el estilo hiperbólico de Feijoo y sus colegas se extiende ya por todas partes, todo se pega.

¡Pobre chica! Yo podría contarle de cuando los grises entraron en la ETSAM y zarandearon al señor Arangoá, catedrático de Estructuras y a la sazón director de la Escuela y fascista reconocido, aunque lo primero se impuso a lo segundo ese día, lo que provocó que le sacudieran un porrazo, que acabó con su boina de requeté en el suelo. Eso sí eran atropellos y no lo de ahora. Pero no quiero pecar de abuelo Cebolleta. Los que hemos vivido en otras épocas, hemos sido testigos directos de cuánto ha progresado este país durante los últimos 70 años, los que tengo yo de vida. A este respecto, quiero que vean otra imagen. En 1944, un tal Luisito, mozo de cuerda, resultó agraciado con el Gordo de la Lotería de Navidad. Y no pudo menos que inmortalizar el momento haciéndose una foto con el billete, junto a un amigo, la misma que ven abajo y que no necesita más comentario.  

Este país era una ruina entonces, después de una terrible guerra civil. Ahora va tirando de manera brillante, al menos en las grandes cifras económicas, aunque la distribución de la riqueza cada vez es más desigual, como en casi todo el mundo. La llegada de Trump al poder no es más que una consecuencia de esto. Entre los milmillonarios y la miseria de la clase baja, los de la clase media nos vemos cada vez más apretados, mucha gente piensa que sus hijos van a vivir peor que ellos (algo que yo no veo de forma clara y meridiana) y eso los lleva a la desesperación, al desánimo, el desencanto con los sistemas democráticos y el voto a Trump, Vox o Le Pene, por no hablar de Orban o la señora Meloni. Así ha ganado Farage unas elecciones locales británicas no muy trascendentes pero simbólicas, y así ha sido también el resultado en Rumanía.

Sin embargo, la deriva caótica con la que ha empezado Trump su presidencia, como elefante en cacharrería, y el miedo que esta deriva genera, pueden ser hasta beneficiosos para el mundo, por actuar como una especie de vacuna o antígeno contra la tiranía. Los dos primeros casos se han producido en las recientes elecciones generales celebradas en Canadá y Australia. En ambos países, los sondeos iniciales daban la victoria a los conservadores, pero la andanada de medidas absurdas de Trump ha hecho que la mayoría de los votantes se decante por el centro izquierda liberal. También en los propios USA se está enhebrando un movimiento de rechazo y de movilización para proteger los derechos fundamentales, como siempre últimamente, dirigido por el incansable Bernie Sanders, que a sus 83 años, cual oráculo indignado, lanza sus discursos incendiarios girando por todos los estados. Vean aquí un vídeo reciente, fácilmente entendible, aunque tampoco es difícil ponerle subtítulos en español, si lo desean.

Como yo les pronostiqué, el efecto del huracán Trump sobre la economía mundial, ha sido como el de abrir una gaseosa. Los mayores perjudicados son los propios americanos, porque los chinos tienen la sartén por el mango y lo primero que han hecho, de forma sigilosa y tranquila, es prohibir la exportación de minerales raros como el litio, indispensables para la fabricación de móviles, baterías para los coches eléctricos e híbridos, o acumuladores para la industria, sin olvidar los necesarios para la fabricación del armamento sofisticado que se emplea ahora en las guerras. Un efecto colateral, pero altamente simbólico: la asociación americana de fabricantes de juguetes ha anunciado ya que como no cambien las cosas no podrán afrontar la campaña de las próximas navidades, por falta de los componentes que adquieren directamente en China. Es un tema sensible, que ha hecho que el propio presidente salga a la palestra muy compungido, diciendo que si las niñas no pueden tener 30 barbies, tendrán que conformarse con dos. Al ver que el tipo iba de farol, las bolsas de todo el mundo han empezado a subir y ya han recuperado la mayor parte de sus pérdidas del día del arancelazo.

En cuanto a lo de que iba a acabar con las guerras (que eran todas culpa de Biden, no lo olviden), pues ha demostrado ser otro farol. En el caso de Gaza, el agresor tiene todo su apoyo y le importan un rábano las víctimas palestinas. Tampoco es que los ucranianos le quiten el sueño, pero esta otra guerra se está convirtiendo en una especie de grano en el culo para él: para solucionarla tendría que tener menos prisa y un carácter menos ansioso y explosivo. Ojalá consiga que se llegue a un acuerdo de paz, pero me temo que eso está bastante lejos todavía. A mí lo que me sigue preocupando mucho es la deriva autoritaria, el hecho de que por ser venezolano y llevar unos tatuajes te puedan detener por la calle, raparte, ponerte unas cadenas en los tobillos y mandarte extraditado a la Conchinchina, si no a la cárcel de El Salvador. Eso pasaba hasta ahora en lugares como Rusia, Corea del Norte, China y ciertos países africanos. Ahora te puede suceder en Los Ángeles, Chicago o Nueva York.

Y, cuando aún seguíamos comentando los efectos del apagón, resulta que todos los trenes AVE de Madrid a Andalucía se paran porque alguien ha perpetrado un robo masivo de cables de cobre de la red. Dicen del Gobierno que ha sido un sabotaje, pero cada vez lo dicen con la boca más pequeña. De toda la vida, este tipo de robos lo han hecho siempre los gitanos, que son los que controlan el mercado en el que se le puede dar salida al material robado. Durante las obras de Madrid Río, todo el cableado de las instalaciones fue robado en dos ocasiones, lo que motivó que la dirección de obra contratara a un equipo de vigilantes gitanos, que lo primero que hicieron fue poner por todas partes unos carteles que rezaban: Ojo, vigilante gitano. Y ya no volvió a haber más robos. Yo tenía en mis archivos fotos de esos carteles, pero se me borraron en alguna de mis averías informáticas.

No quiero ser racista, pero los gitanos son gente muy especial, y digo esto con cariño y admiración. Si tienen oportunidad, les recomiendo de nuevo que vean la película La guitarra flamenca de Yerai Cortés, el documental que firma el músico C. Tangana. Ahí se ve exactamente cómo son los gitanos. Y ya saben la historia del gitano que no quería entrar en el ejército, porque a ver si lo iban a mandar a pelear en la guerra contra Sadam Husseluí. No creo que sea muy difícil esclarecer lo que ha pasado con este robo de cables. Por si acaso, Feijoo ha aprovechado para decir que es todo culpa de Sánchez, que el país es un desastre y (a ver si cuela) que pide la dimisión del presidente. Y no bajé esta vez a comprobarlo, pero no me extrañaría que Almeida hubiera cerrado el Retiro. Por si acaso.

Mientras nosotros nos entretenemos con estas minucias, el mundo sigue girando, en su espacio infinito, con amores que comienzan, con amores que se han ido, y la gran noticia de estos días es el inicio del Cónclave. También les reitero que vean la película Cónclave, de este año, en donde se explican los entresijos de este procedimiento electoral predemocrático en el que se ha embarcado de nuevo el estado más pequeño del mundo, encajado a duras penas entre dos barrios romanos. El otro día, durante el funeral del Papa Francisco, alguien tomó la foto que les traigo aquí abajo, en donde se puede ver de espaldas a todos los cardenales que ahora se han encerrado en la Capilla Sixtina para elegir entre todos ellos al nuevo Papa. Véanla.

¿Quién será el elegido? A simple vista puede observarse que, entre todos esos cogotes papables, hay bastantes negros, una hipótesis que en cada elección cobra más fuerza. Porque en África es donde sigue viva la capacidad de la gente de adherirse a explicaciones mítico-mágicas del mundo, lo que es muy útil para captar vocaciones, sin mencionar que el chico que se mete a cura ya tiene resuelta su vida, en un entorno a menudo muy mísero. Aquí en el primer mundo somos más descreídos. Yo dejé de creer cuando, de chico, me hice una quemadura en una mano que me hizo una avería importante en apenas una fracción de segundo de contacto con el fuego. Como para creer en el fuego eterno del infierno. Por no hablar de la paloma del Espíritu Santo y la creación del concepto del tres-en-uno. Dicen los creyentes puros que Dios ya sabe a quién se va a elegir Papa. Que el trabajo de los cardenales se limita a intentar averiguar a quién quiere nombrar Dios. Como se imaginan, esto no se podría hacer con una votación democrática al uso.

Ya ven que yo sigo por aquí a mi tran-tran, este año sin hacer una vuelta al mundo, pero también con bastantes viajes. Hasta ahora saben que he visitado Atenas, Soria y Budapest. Pues a estos tres viajes hay que añadirles otros cuatro que tengo ya atados y cerrados para antes de la canícula, que se irán anunciando en su momento, porque yo estoy convencido de que anunciar estas cosas antes de tiempo trae mala suerte. Así que pórtense bien, no desesperen y no pierdan de vista que vivir en España es en estos momentos un verdadero privilegio y se lo digo con conocimiento de causa. Saludos.