Pues aquí seguimos, bajo un calor
infernal, que nos ha hecho pasar un mes de junio con temperaturas de julio/agosto,
y preparándonos para afrontar lo que nos viene, que da verdadero miedo. Ya les advertí de que yo tenía
preparados cinco viajes para huir del calor de mi ático en el centro de Madrid,
el primero de los cuales, por París y la Borgoña, fue debidamente relatado en
esta tribuna. Hoy les anunciaré los dos siguientes, que vienen ahora seguidos.
Pero antes debo continuar con el relato de mis peripecias de estos días en el
horno madrileño, siguiendo el hilo de mi post anterior. En relación con mis
comentarios geopolíticos generales, la situación no da demasiada tregua. Trump
está desatado y lo sorprendente es que las cosas le están saliendo bien, aunque
uno no sabe ya qué creerse en esta tesitura en la que las noticias te las
brindan unos algoritmos que se ayudan de la inteligencia artificial.
Le va bien a Trump porque, para
empezar, sus bombardeos sobre Irán no han desatado el temido armageddon. Los
ayatolas iraníes empiezan por proclamar que estos bombardeos no les han hecho
ni cosquillas, que el uranio enriquecido que están fabricando desde hace
décadas lo habían cambiado de sitio, como expertos trileros. ¿Será verdad? Más
bien parece la respuesta del chico agredido por el matón del cole que se
apresura a gritar: no me ha hecho daño. A continuación, anunciaron que la
respuesta sería terrible. Pero esa respuesta se limitó a atacar unas bases USA
en Qatar, avisando de la hora y el objetivo de sus misiles: ojo, que mañana
a primera hora van para allí unos petardazos, poneros a cubierto, que no
queremos que muera nadie. Por último, proclamaron que habían ganado esa guerra
relámpago y lo celebraron en las calles de Teherán. Un paripé vergonzante.
Los mercados se afanaron en subir
sus valores, a la vista del bluff. Y otro paripé infumable: la cumbre de la
OTAN y los melifluos mensajes del señor Rutte, el que nos llamó PIGS a España,
Italia, Grecia y Portugal, transmutado ahora en pelota en jefe. Vomitivo. Trump
volvió a sus cuarteles, a seguir jugando al golf, ufano y satisfecho ante
semejante muestra de vasallaje internacional (sólo Sánchez le plantó cara) y
dispuesto a seguir implacable con lo que de verdad le interesa: aprobar su Ley
Grande y Hermosa (sic) por la que les baja los impuestos a los ricos y, para
compensar el bajón de ingresos en las arcas públicas, reduce prestaciones
sanitarias y sociales a las clases más depauperadas. Ya les dije que, en mi
última visita a los USA el año pasado, la impresión que me llevé es que allí,
como te pase algo, no hay quien te ampare. Pues peor será a partir de ahora,
con la ICE (versión yanqui de la Policía Patriótica de M. Rajoy), campando a
sus anchas por las calles, de paisano y deteniendo a traición a cualquiera que
tenga aspecto de inmigrante sin papeles, para inmediatamente raparlo al cero y
grabarlo en vídeo para mayor escarnio, mientras lo llevan esposado, encadenado
y agachado en dirección a una cárcel de El Salvador. Y, si se monta una protesta contra este atropello, entonces intervienen los de la foto de abajo.
En realidad eso mismo es lo que les gustaría implantar aquí al PPVox y de ahí su impaciencia por llegar al poder, su abuso del insulto, la hipérbole y la sobreactuación, sus vaticinios de que España se va a ir a la mierda por culpa de los comunistas, bolivarianos y corruptos que gobiernan nuestro país como el culo, cuando la realidad es que nuestra economía va bien, que el FMI y el Banco Mundial celebran nuestros logros y el denostado Sánchez es recibido en todas partes con respeto, entre otras cosas porque habla inglés. Y su política económica, tiene un tinte social, sí, pero es tan de derechas como el sistema mundial exclusivamente permite. A este señor, le oponen a un Feijoo, que es muy torpe, muy feo y que da la sensación de que no tiene carácter para controlar a Ayuso y menos a sus potenciales socios de Vox.
Así que, desde este foro, yo le
animo a Sánchez a que resista. Todo lo que pueda, ya lo dije en mi post
anterior. Uno tiene la impresión de que la UCO, de la mano del PP y los jueces peinados, hurtados y pringados,
tiene todavía unas cuantas balas en la recámara, que irán dosificando a través de
El inMundo, el ABC y los libelos amarillistas como OK Diario, El Español o el
Voz Populi. Muy bien: si de verdad hay algo que implique directamente a Sánchez,
imagino que tendrá que dimitir. De momento, yo le animo a seguir. Y, si siguen
ustedes como yo leyendo El País, supongo que habrán advertido el giro antigobierno
que ha adoptado este periódico con el cambio de Director, el cese de Pepa Bueno
y el amago de cese de Angels Barceló, que finalmente sigue contándonos la actualidad
cada mañana en la SER. Hasta han utilizado un artículo de opinión de mi
admirado Javier Cercas pidiendo que Sánchez dé un paso al lado, al que reservaron un lugar preeminente en la portada. Por una vez, yo no estoy de acuerdo
con Cercas. Yo, sanchista hasta el final. Por si tenían alguna duda.
En relación con todo esto, les pido que lean un artículo reciente de Nicolás Sartorius en El Diario.es. Con este señor sí que estoy de acuerdo al ciento por cien. Para leerlo han de pinchar AQUÍ. A mí lo que de verdad me decepciona de Sánchez y sus acólitos es la ingenuidad que han mostrado al fiarse de un sujeto con la pinta de Koldo. Si admitimos mi teoría de que cada persona es lo que parece y parece lo que es, convendrán conmigo en que es difícil encontrar un personaje más feo, cenizo y turbio que el de la imagen que tiene abajo. Es que se podría ganar la vida como malvado en las películas de James Bond. Si han sido tan cándidos como para fiarse de un tipo con ese careto, ahora que no se quejen de que les haya grabado a todos diciendo inconveniencias. Además, este elemento había trabajado antes para el PP y se había beneficiado de un indulto de Aznar para no entrar en chirona por una perrería de aquellos tiempos. Hay que ser muy infelices para fiarse de semejante pájaro de mal agüero.
Desde luego que yo no quiero a
Feijoo al frente del Gobierno. Ya tengo bastante con Ayuso y Almeida. Ayuso
aplica ya políticas trumpistas y se está cargando los servicios públicos en la
región. La sanidad pública te da citas para noviembre, mientras las privadas te
bailan el agua para que te hagas socio, empieces a apoquinar y no tengas que
sufrir listas de espera. Y las universidades públicas las está
estrangulando, como les demostraré más abajo con un caso concreto. Pero casi
peor es lo de nuestro alcalde diminuto, física y políticamente, que sigue
cerrando el Retiro cada vez que circula un poquito de aire, hurtándoles a los
ciudadanos uno de los pocos refugios climáticos. Es esta la única ciudad del
mundo en que se hace tamaña idiotez. Ante el clamor por este tema, se nos quiere
convencer de que es por nuestra seguridad, que lo que pasa es que no lo
entendemos.
No hay un solo madrileño a favor
de esta medida absurda. Pero los tontos somos nosotros, que no la entendemos.
El tema es similar a lo que sucede con los cambios de horario invierno-verano. Se ha
demostrado ya que esto no sirve para nada y que hay que dejar uno solo de los
horarios, para todo el año. Lo que pasa es que, cada vez que preguntan a la
ciudadanía cuál de ellos prefieren, la mayoría aplastante se pronuncia a favor
del horario de verano. Pero hay por ahí arriba algunas instancias que nos
quieren calzar el de invierno y no saben cómo convencernos. Así que nadie se
atreve a imponer una medida que sería impopular desde el primer día. En el caso
de los cierres del Retiro, el alcaldillo tiene la excusa de que hay unos
protocolos que aprobó Carmena y él se limita a aplicarlos. ¡Coño! ¿Pero este
señor no ganó sus primeras elecciones en base a una campaña en la que prometía
revertir todas las medidas que había aprobado su antecesora? Pues que revierta
este protocolo.
Con este calor, la única hora en
la que se puede correr por el Retiro es a las siete de la mañana. Pero llega
uno ante las puertas y se encuentra el parque cerrado porque el día anterior
hubo unas tormentillas, cerraron el parque y todavía no se han levantado los
funcionarios que han de aprobar la reapertura. Y allí que nos hacinamos todos
los corredores, patinadores, ciclistas y paseantes de perros que aprovechan
esas horas tempranas, en muchos casos porque luego han de entrar a trabajar, y
que nos vemos forzados a desarrollar nuestra actividad programada en el escueto
espacio de una acera minúscula y achuchados por el tráfico.
Cuando en todas las ciudades del
mundo desarrollado se están implementando políticas de renaturalización urbana
y soluciones basadas en la recuperación de la naturaleza, aquí el Topillo no
hace más que favorecer el tráfico privado y que sigamos siendo la ciudad menos
friendly para la bicicleta. Y se talan árboles masivamente, como los que había
en la Plaza de Santa Ana. Y el colmo del ridículo de este señor es el resultado
de las obras de la Puerta del Sol, en la que han implantado unos toldillos
propios de una feria de pueblo pequeño, que ni dan sombra ni tienen una imagen
apropiada para una plaza tan significada. Les recuerdo que las obras iban a estar terminadas para la Nochevieja de 2023 y sigue habiendo vallas en la plaza. Y que se han gastado ya unos 15 millones en esta plaza, para dejarla igual: sin un solo refugio para no achicharrarse al cruzarla (nadie se plantea quedarse un rato en semejante horno). Y ahora le plantifican unos toldillos de mercadillo de barrio. Unos toldillos para un alcaldillo. El otro día la atravesé para ir a
comprar café a La Mexicana y tomé un par de fotos. Juzguen por ustedes mismos.
¿Cómo dicen? ¿Que se ve gente
sentada en los bancos? Hombre, este es el centro del turismo pedorro, de los
que vienen de Villarejo de Salvanés y demás pueblos de la periferia. Y esta
gente, ya que se han tomado la molestia de venir, pues intentan sentarse, pero
les juro que no duran mucho, porque hay serio riesgo de quemarse el culo. En
fin, ya ven que sigo en mis trece. Porque, a la espera de mis próximos viajes,
debo seguir aguantando la calorina y tratar de seguir haciendo mi vida de
jubilado feliz. Otro que sigue feliz y en sus trece es el bueno de Tarik
Marcelino Martínez, que está encantado de vivir conmigo. Y que, a falta de
pájaros para cazar, se puede conformar con algún saltamontes, como ven en el
vídeo de abajo.
Como Tarik, yo sigo con mis
actividades como si no hiciera tanto calor y el viernes 20 de junio, como les
conté, acudí a la Facultad de Ciencias de la Información, para asistir al acto
de titulación de mi amiga chilena Gabriela Lucero, a la que conocí en Santiago
de Chile el año pasado, por medio de mi amiga y anfitriona Valeria López.
Gabriela anda por aquí hasta octubre, pero ya ha terminado el Máster de
Comunicación Política que vino a cursar. En el acto, las diversas
intervenciones de la directora, dos profesores y algunos de los alumnos, insistieron en la necesidad imperiosa de contar la verdad en la prensa, para
resistir la ola de desinformación que nos inunda, además de la amenaza de la
inteligencia artificial. Fueron unos discursos muy buenos, tras lo cual se
entregaron los diplomas y las orlas. Le hice algunas fotos a Gabriela, aunque mi móvil no
hace buenas fotos de lejos. No obstante, les muestro algunas.
El miércoles 25 de junio, participé en un acontecimiento sonado. Era el último día de clase de guitarra y montamos una audición para las familias de los alumnos y diversos amigos. El tema era trascendente, porque mi querido amigo y maestro Henry Guitar ha decidido jubilarse, así que en el próximo septiembre no se reanudarán las clases como de costumbre. Todavía no sé cómo voy a encajar este tema, ya estoy echando de menos mis excursiones a la Palomeras profunda y mis cervezas en Los Cuñaos. Las situaciones evolucionan y, como dice Henry, no se acaba el mundo por esto. Les iré contando por dónde tiro. De la audición no tengo ningún testimonio sonoro y sólo una foto no muy lucida, de parte del combo en plena faena. Véanla.
Las situaciones evolucionan;
ahora mismo no sé si continuaré progresando con la guitarra y he de
comunicarles también que me he dado de baja en el club de lectura Billar de
Letras. Mis motivos aquí son básicamente que el tema cada vez me divertía
menos. Esto empezó como un club presencial, en el que Ronaldo sacaba un par de
botellas de vino y los demás llevábamos aceitunas, almendras o patatas fritas.
Se discutía libremente sobre un libro que nos comprometíamos a leer, uno al mes.
A partir de la pandemia, el formato cambió a on line y ya no ha vuelto a ser
presencial. Yo era el único que seguía de todos los colegas del principio. Y
con este formato, ya no se trataba de un club de lectura, sino de un club de
colegueo literario editorial, en el que Ronaldo solía invitar al autor o autora
del libro, a los editores o traductores, lo que coartaba mucho a la hora de
expresar opiniones más críticas.
Además, los libros que leíamos
eran casi todos marginales, de pequeñas editoriales independientes, con los que
Ronaldo tiene interés en quedar bien. Y yo tengo ganas de leer a Cercas, a
Aramburu o a Han Kang. Este club está bien para gente que se quiere dedicar a
escribir. Y yo hace tiempo que he desistido de eso: el blog calma plenamente
mis necesidades creativas y, con 74 años, lo último que deseo es pasarme dos
años sufriendo para parir una novela y otro año más para que llegue a los
lectores (en el improbable caso de que eso sucediera). Yo no soy ya un
escritor, sino un bloguero y un lector. Y quiero un club de lectores, no un
club de aspirantes a escritores. Todo esto se ha desencadenado a partir de mi
vuelta del viaje de vuelta al mundo. Los libros que analizamos en las sesiones
posteriores, una vez que yo me reincorporé al club, fueron bastante
decepcionantes para mí y me han llevado a esta decisión.
Pero mis saraos de estos días han
continuado. El lunes 30 de junio, regresé a la Facultad de Ciencias de la
Información, esta vez para dar una clase de dos horas para un curso de la
Escuela de Verano de la Universidad Complutense. Es una clase que solía dar
cada año hasta que llegó la pandemia. Por diversas circunstancias, ese curso no
se volvió a organizar hasta el año pasado, en el que yo estaba de viaje. Pero me
han vuelto a llamar y la verdad es que la cosa salió espectacular, aunque esté
feo que lo diga. Conté un poco la historia de Madrid y su relación con el agua,
cómo es que se implanta una aldea en un lugar en donde sólo hay un
pequeño río, al que el asentamiento da la espalda, hasta el desarrollo del
proyecto Madrid Río, al que dediqué la segunda hora de la charla. Mi amiga
Gabriela acudió a escucharme y me devolvió las fotos, también de calidad
deficiente, pero es lo que hay.
Eran 25 alumnos, todos arquitectos de distintos países latinoamericanos y se quedaron encantados, hasta el punto que tras la primera hora les ofrecí parar a hacer un descanso y dijeron todos que no, que siguiera, que estaban alucinados. Hicieron muchas preguntas, tomaron notas y quedaron en escribirme para mantener el contacto. La verdad es que esta es una de las conferencias más vistosas, entre las que componen mi repertorio. Y aquí les traigo el ejemplo a que me refería más arriba, a la hora de explicarles cómo la señora Ayuso está estrangulando a la universidad pública. ¿Saben cuánto me van a pagar por esta charla que es de verdadera altura y lleva detrás un trabajo de preparación importante? Pues 75€ por cada hora, antes de descuentos por Hacienda. Es decir, a mí me ingresarán unos 120€. Más o menos lo que gana mi asistenta por venir a limpiar mi casa cuatro veces al mes. Huelga todo comentario.
Por cierto, si alguno de ustedes,
queridos lectores, puede organizarme una cita para dar esa charla, o la
relativa al proceso de realojos de Palomeras que también es muy interesante,
les juro que van a quedar ustedes muy bien. Y ya saben que yo hago esto gratis,
normalmente. Pero aún me queda un sarao que contarles. Este sábado, 5 de julio,
me sumé con mi pareja a la fiesta de la parroquia evangelista alemana, llamada
Brass and Beer Fest, a la que ya he asistido otros años. Participaban tres
grupos de jazz de estilo Dixieland, el típico de Nueva Orleans, con
predominancia de los metales, percusiones manuales y al estilo tradicional, antes
de que la música se electrificara y aparecieran los bajos eléctricos. De modo
que el papel del bajo lo hacen sucesivamente una tuba, un helicón y un saxo
barítono. Lo pueden comprobar en los clips que tomé de los tres grupos, si
tienen ganas de verlos.
Lo pasamos muy bien en este festejo, que coincidió con el desfile del Orgullo Gay, que hubimos de atravesar para llegar a la zona de la Plaza de Colón en donde está esta curiosa parroquia alemana. Además de la música y el bailoteo, el festejo incluye cervezas Weiss de trigo, salchichas bratwurst y bretzels recién horneados. Como ven, yo sigo a mi ritmo vital habitual, viento en popa a toda marcha, y únicamente me queda reseñarles los dos siguientes viajes que me dispongo a emprender. El próximo jueves, después de mi clase de inglés on line, cogeré el coche, iré a recoger sucesivamente a mis amigos Henry Guitar y Críspulo y conduciré hasta Béjar, Salamanca, en donde asistiremos al Festival de Blues que este año cumple su edición XXVI. Hace dos años fuimos allí para ver a Tommy Castro y Vanessa Collier, entre otros, y el año pasado no pudimos ir porque yo estaba fuera. Así que hemos conseguido entradas y reservado la misma casa de hace dos años, muy cerca de la plaza de toros más antigua de España, en donde tiene lugar el festival. Vean abajo el cartel anunciador.
Este año, como ven, las cabezas
de cartel son Rick Estrin and the Nightcats, a los que veré por cuarta vez (los
vi en Cazorla y dos veces en el Café Berlín de Madrid) y Johanna Shaw Taylor,
una guitarrista veterana bastante buena. Y ojo a una estrella ascendente: la
rubia Parker Barrow, que sigue la senda abierta por Samantha Fish, por la que
ya transitan Ghalia Volt, Ally Venable y otras artistas de rompe y rasga. Se
informará debidamente del desarrollo de este festival. Pero inmediatamente
viene mi tercer viaje de este verano.
El viernes 18 de julio, tomaré un avión tempranito para París, esta vez con mi pareja. Nos alojaremos dos noches en casa de mi amigo Alain Sinou, antes de regresar el domingo. El objeto de este viaje es asistir a la boda de mis hijos Kike y Clarissa, el mismo viernes a mediodía en la Alcaldía del Distrito, y también a la fiesta que tendrá lugar en la tarde del sábado en el parque Buttes Chaumont, en el barrio de Belleville. Un bodorrio en toda regla en el que también pienso pasármelo fenomenal. Los viajes 4 y 5 caen ya en agosto y se anunciarán cuando corresponda. Así que, lo de costumbre: que se porten bien y que disfruten de la vida en la medida de lo posible, al menos hasta que venga el tío Trump con la rebaja. Hasta la próxima.
Me alegro de que cite usted el tema de elegir el horario de invierno o verano. La gente normal quiere el de verano, para salir por las noches a cenar o a tomarse unas cañas o al cine o al teatro o atomar el fresco. Los que prefieren el de invierno son los amargados, que no tiene otra ocupación vespertina que quedarse en casa rumiando sus penas.
ResponderEliminarSi no quiere usted ser tan radical, sustituya esto por trasnochadores y madrugadores. Si nos quieren imponer el de invierno es para que se haga de noche pronto, como en Europa, que a las cuatro de la tarde ya no puedes hacer nada por la calle por falta de luz.
He dicho.
Pues quizá tenga usted razón, en su radicalidad. Al sistema le convienen más los currantes disciplinados que los juerguistas nocturnos desbocados. Usted lo ha dicho y yo no lo desmiento.
EliminarMenudo festivalón que hemos visto doy constancia...pasadlo bien en la boda y mis felicitaciones a los novios.
ResponderEliminarGracias, amigo, se hará lo que se pueda. Pásalo tú también muy bien.
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